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Los psicólogos irrumpen en el ‘paddock’ de MotoGP: «Si un piloto tuviese miedo, no se subiría a la moto»

Luchar contra los demonios de uno mismo no es tarea fácil. Y menos a 300 kilómetros por hora. Y sino, que se lo digan a Jorge Martín, flamante campeón de MotoGP en 2024, quien, tras no ganar el mundial contra Pecco Bagnaia en 2023, reconoció que perdió las ganas y la motivación de volver a subirse a una moto, el gran amor de la vida de todo piloto. “Comencé a sufrir mucho con mi salud mental. Ya no quería correr. Tenía muchos miedos que surgieron y no sé por qué, pero aparecieron”, dijo a principios de 2024. «Me dije a mí mismo, ‘vale, haré las carreras, me llevaré el dinero y quizá lo deje al final de la temporada’«.

En la preparación de un deportista hay figuras clave. Prácticamente todo aficionado las conoce: mánager, preparador físico, fisioterapeuta… y ahora cada vez son más quienes apuestan por un psicólogo deportivo. Algo impensable hace unos años, cuando quien lo necesitaba era considerado “débil” por sus rivales. Ahora, la salud mental se ha convertido en una absoluta prioridad en el mundo de las dos ruedas, donde la presión por conseguir contratos o resultados, además de las lesiones, juegan muy malas pasadas a los deportistas en la pista.

En todo un ejemplo de esta situación se ha convertido ‘Martinator’, quien reconoció, meses antes de coronarse campeón, que la temporada 2024 se le había hecho menos cuesta arriba tras ponerse en manos de un especialista. «Estoy trabajando con un psicólogo desde hace tres o cuatro meses y la verdad es que he mejorado no solo en el ámbito profesional, sino que lo he notado más a nivel personal», decía ante los micrófonos de DAZN. 

El madrileño reveló no haberse sentido preparado a nivel mental para llevarse el mundial en 2023. En 2024 ya no se le escapó, demostrando un dominio magistral de sus emociones, convirtiéndose en un piloto más regular y determinante. «El año pasado fue un año difícil a nivel mental. En los momentos difíciles, la presión me superaba», se sinceró. 

Aún hay quien no entiende qué papel ejerce un psicólogo deportivo a la hora de asistir a un deportista de élite. Sigue habiendo miles de prejuicios y falsos mitos. Javier Calduch, especializado en motociclismo, trabaja con pilotos como Adrián Huertas (piloto de Moto2 y Campeón del Mundo de Supersport y Supersport 300) o Beatriz Neila (WorldWCR), entre muchos otros. “Creo que ahora viene una generación que de verdad está entendiendo que la psicología es algo importante para poder rendir encima de la moto”, explica. 

Javier Calduch durante la celebración de Campeón del Mundo de Supersport 2024 de Adrián Huertas / Javier Calduch

Cuenta que su papel como profesional de la salud mental es distinto al de un profesional habitual. Él trata con “personas sanas”, sin aparentes problemas físicos ni psicológicos. Su principal función, explica, es “optimizar el rendimiento” de los deportistas.

“Trabajamos para que el piloto esté con todos los recursos disponibles a nivel mental, pero también que eso genere que a nivel físico y que a nivel personal, esté lo más disponible posible para afrontar la competición con las mejores herramientas posibles”, relata. Su función no es obrar milagros. Pero sí aportar herramientas al piloto para que puedan producirse. 

En los últimos años, esta figura se ha integrado no solo en la categoría máxima, sino también en Moto2 y Moto3. Incluso en los campeonatos trampolín como la Red Bull Rookies Cup y el JuniorGP, donde los pilotos son adolescentes, especialmente vulnerables a la presión, especialmente por el factor económico. Si no hay buenos resultados y, como consecuencia sponsors, se hace muy difícil seguir compitiendo.

El componente económico, clave

“Tienen ansiedad por el resultado, porque salgan las cosas rápido, o por el futuro. Es un deporte muy caro, sienten que dependen de una sola temporada, que si no lo hacen bien, no van a correr más”, explica Calduch. “La presión que pueden sentir se camufla mucho en que están, aparentemente, viviendo el sueño de toda una vida”.

Algo muy diferente, comenta, al automovilismo, donde la mayoría de pilotos vienen de familias más acomodadas. «Lo que conozco de otros compañeros y lo que veo es que son preocupaciones parecidas pero perfiles distintos. De normal hay más dinero en automovilismo. Pero por el simple hecho es que si no, no empiezas», explica.

«En motos, puedes hacer un campeonato regional y al final te puede salir 4.000-5.000 euros. De lo más barato es de Minimoto unos 3.000 euros, hasta lo más caro de Moto5 unos 10.000- 12.000 euros la temporada, que ya es dinero, pero una persona de clase media alta con algún pequeño esfuerzo lo puede hacer. Una temporada de karting, duplica«, termina diciendo. Aunque sí admite que las frustraciones son prácticamente las mismas en cuanto a lo puramente deportivo se refiere.

“La presión que pueden sentir se camufla mucho en que están, aparentemente, viviendo el sueño de toda una vida”

Javier Calduch

— Piscólogo deportivo

Las lesiones, la mayor parte del trabajo

Las lesiones también forman parte del camino de un piloto. O lo tomas, o lo dejas. Pero es difícil volver a subirse a una moto cuando tu cerebro te recuerda constantemente que puedes volver a hacerte mucho daño. “Lo primero que hay que saber es si esa persona quiere retomar la actividad. Porque cuando son mucho más jóvenes puede haber un punto en el que el piloto diga: ‘quizá no me apetece volver a montar en moto’. Y esa es la primera pregunta. No dar por hecho que está haciendo lo que más le gusta, porque aunque esté haciendo lo que más le gusta puede haber un hecho traumático que le quiera separar de esa actividad”, dice Calduch.

“Tras una caída puede haber una pérdida de confianza, y hay que ir adaptando el pilotaje progresivamente hasta que se reencuentre con una versión suya capaz de tomar riesgos y decisiones comprometidas. Hay que mantener un equilibrio entre empujar a la persona a que vuelva al margen en el que rinde bien, está concentrado y es menos peligroso, y a la vez mantenerla para que no quiera volver demasiado rápido y se exceda, puesto que podría ser peligroso y volver a lesionarse”, explica.

En el pasado ha habido accidentes muy duros. Pilotos que han perdido la vida en la pista, como Marco Simoncelli o Luis Salom. Otros que, pese a tener la ‘fortuna’ de continuar en este mundo, han visto reducida su movilidad a una silla de ruedas. “Si un piloto tiene miedo a que le pase algo, no se subiría a la moto. Sí que después de un hecho trágico como los que hemos vivido puede suceder que tomen conciencia del peligro que hay, y ahí sí que pueden recordar que lo que hacen es peligroso, de riesgo”, explica.

Javier Calduch ayuda a los pilotos a «optimizar» su rendimiento / Javier Calduch

El motociclismo es un deporte apasionante. Capaz de atrapar a todo aquel que entra en contacto con él. Pero bajo el punto de vista de muchos que trabajan en él, poco profesionalizado, que tiene mucho por aprender de otros deportes como el fútbol, donde la mayoría de equipos cuentan con un equipo que facilita una buena salud tanto física como mental.

“En un equipo de MotoGP, la mayoría no tienen ni fisio, ni nutricionista, ni psicólogo, ni preparador físico propio, y la mayoría de clubes de fútbol sí tienen. No hay una metodología de trabajo para el entrenamiento de esos pilotos y para la preparación. Pecco Bagnaia y Marc Márquez, en el mejor equipo del Campeonato del Mundo de MotoGP, cada uno se prepara de una manera”, dice Calduch. “Los pilotos no conocen esas herramientas porque los propios equipos no las ponen a disposición”, zanja. 

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