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‘Sofi’ Corte, la semilla que floreció en General Paz Juniors

Sofia Corte tiene apenas veinte años, pero camina como quien ya sabe de dónde viene; y eso, en estos tiempos, no es poco: ella es la primera mujer que debuta en el plantel mayor de General Paz Juniors formada íntegramente en las entrañas del club. Sembrada, cuidada y ahora — con una cinta en el brazo —, florecida.

“Es la semilla que florece”, dice la ‘Pauli’ Valdiviezo, entrenadora y referente histórica de las ‘Poetas’. Y no es una metáfora vacía. Es una verdad dicha con los ojos húmedos, al ver lo tanto se soñó. Porque ‘Sofi’ no llegó: creció. Brotó desde adentro. Cerró un círculo. Abrió otro.

En la charla con Perfil Córdoba, ella habla con la firmeza de quien escucha su propio corazón y decide creerle. Cuando este cronista le pregunta qué título llevaría su historia si fuera una película, se queda callada unos segundos, y ese silencio es más elocuente que mil frases:

“Tengo 20 años. Siento que mi historia recién empieza, que no viví nada más que el principio. Si tuviera que ponerle un título sería algo relacionado a buscar un sueño, a ir por un sueño… algo así. Me parece que por ahí iría. Creo que me falta mucho por recorrer. Recién empieza lo que estoy haciendo. Espero que me queden muchos años más de entrenamiento y de recorrido”, dice. Entonces uno la escucha; y entiende: no hay apuro. Lo suyo no es una llegada, es una siembra.

– ¿Te acordás del día de tu debut en Primera?
– Sí, sí, me acuerdo de mi debut: fue un 9 de abril del 2023, habíamos jugado contra Peñarol en la cancha de Villa Siburu. Me acuerdo que fue re temprano, hacía mucho frío, y bueno, yo estaba re nerviosa. Ganamos 2 a 1, había sido un partido medio difícil de jugar y yo bueno, como te digo, estaba re nerviosa pero no, no, fue muy linda experiencia lo recuerdo con mucho cariño. Además, mis compañeras me acompañaron un montón, me realentaban. En ese momento era la más chiquita del plantel, así que todas me recuidaban y me alentaban cuando no me salía algo, si hacía algo bien. Recuerdo con mucho cariño ese día.

De capitana a entrenadora, las ilusiones de la nueva DT de Juniors

Hay días imposibles de olvidar, días que quedan marcados en la memoria. Pero que no fueron producto del azar. Hubo un génesis para que esa jornada fuese tan especial. Y entonces, comenzamos a contar la historia detrás de aquel de debut de la ‘Sofí’.

“Llegué a Juniors en 2022, para jugar en la sub-17. Nunca había jugado en otro club, ni en una escuelita siquiera. Nada”, cuenta Sofi, como quien aún se asombra de la raíz que brotó tan honda y sin aviso.

Tenía la edad de las dudas y las ganas: ese momento frágil y feroz donde todo empieza. Fue a un entrenamiento con la intriga quieta entre las costillas: no sabía cómo era el ambiente, cómo se manejaban las cosas. Pero lo supo enseguida: se sintió en casa. El pasto, las voces, el murmullo tibio de equipo que empieza a reconocerse como familia. Por eso, en esta charla, explica: “Me encantó el ambiente, la gente, el equipo. Me hizo sentir muy motivada para ir a entrenar siempre. Y creo que seguí por eso: porque me encontré con este club”.

Sofi parece hablar con certeza. Cuenta pletórica sobre esa etapa de formación. “Fue una etapa muy linda, de mucho aprendizaje. No solo en lo técnico o en lo táctico, que también, sino en lo humano. Ver a la Primera, sentir ese sentido de pertenencia, querer al club… eso es lo que más te hace crecer, al final”, afirma, y entonces, con una sonrisa que no es nostalgia sino semilla, Sofi recuerda lo que había cuando ella empezó:

Unas pocas chicas. Dos equipos: Sub-17 y Sub-13, apenas armados. “Antes éramos poquitas. Era casi para armar el equipo y nada más. Pero ahora… ahora veo a las inferiores y me emociona”, cuenta. ¡Y viva esa emoción! Que el fútbol nos siga emocionando; que el fútbol nuestro de cada día, el de la Liga Cordobesa, nos siga emocionando; que el fútbol femenino que ya no es invisibilizado nos siga emocionando. ¡Que viva la emoción, Sofi!

El fútbol como casa, el club Barrio Parque como familia

Por eso dice: “Cuando yo estaba en las inferiores era el equipo de la sub 17 y la sub 13, que decía había chicas, pero era para armar el equipo digamos. Hasta ahí eran pocas, y ver ahora en lo que se han convertido las inferiores, ver todas las chicas con el con el conjunto de Juniors, que llegan con los botines muy contentas. Me encanta. Antes eso no lo veía y ver ahora tanta cantidad y ver cómo juegan, cómo no tienen ningún problema y que Junior sea su lugar seguro para venir a jugar, me parece que es lo más importante del proyecto”.

Y cuando dice “proyecto” no habla de un plan frío. Habla de un camino. Uno que ella misma ayudó a abrir a fuerza de entrenamientos, derrotas, abrazos y amor. Un camino que hoy transitan otras. Las que vienen. Las que vienen con todo. “Hoy estoy en Primera con algunas compañeras con las que estuve en la Sub-17. Me parece hermoso que exista ese ciclo, que haya un camino claro. Que las chicas puedan ver que sí se puede, que hay un lugar y un sueño para seguir”, relata. No habla solo de fútbol. Habla de pertenecer. De soñar juntas. De florecer donde antes no había nada.

– ¿Qué es lo que más te gusta de pertenecer a General Paz Juniors?
– La gente. Me encanta el ambiente que hay, el equipo, desde las compañeras que siempre estamos alentándonos, la competencia es muy sana. Entre todas mejoramos y subimos el nivel juntas; hasta las profes que están constantemente capacitándose y buscando la forma de que mejoremos, ya sea en lo físico como en lo mental. Eso motiva. Me gusta jugar en Junior y ser parte.

– ¿Y tener una DT mujer les da un plus?
– El que la DT sea mujer, para mí, en este momento, en el que el fútbol femenino está creciendo tanto, es algo muy bueno. Está bueno que esos lugares vayan siendo ocupados por mujeres. Pero, para mí lo que realmente le da un plus especial es que sea Pauli, una jugadora y una capitana histórica del club. Suma mucho al equipo a la hora de la unión, del equipo, de motivar cuando vos ves que te está dirigiendo una jugadora como ella que ha dejado tanto por el club y que le ha dado tantas cosas y ver el amor que ella tiene por el club. Es muy positivo.

«Yo soy una jugadora tranquila. Me gusta mucho participar del ataque. Tengo velocidad y me gusta salir jugando».

Hay en ella una forma de constancia que no se grita, pero se siente. Una fidelidad suave a las pequeñas cosas que, sin alardes, sostienen los grandes sueños. Sofi, lateral izquierda, no sólo entrena: también estudia. Está en tercer año de Educación Física, en el IPEF. Y entre los libros, los partidos y las prácticas, todavía encuentra tiempo para empujar su propio emprendimiento: vende baúles infantiles. Se podría decir que vive de a mil, pero no sería cierto. Ella vive en foco. Hace muchas cosas, sí, pero las hace con una quietud que parece canción:

“No soy muy de las cábalas…”, dice, aunque agrega: “Pero lo que sí hago en todos los partidos es mantener una rutina. Si el partido es a la mañana, desayuno lo mismo. Si es a la tarde, almuerzo lo mismo. Me pongo la misma ropa para ir a la citación. No es que creo que si no lo hago todo va a salir mal, pero me gusta la idea de repetir para mantener el orden. Es como buscar el mismo resultado desde el mismo lugar”.

“Es el mejor trabajo que he tenido”

Tal vez sea eso lo que la define: no buscar amuletos, sino estructura. No milagros, sino coherencia. No hace lo mismo por miedo a perder. Lo hace porque sabe que la constancia también es una forma del amor. Escucha rock nacional, y a veces, en los días más suaves, un poco de pop. Usa siempre los mismos botines: Nike Tempo Legend, negros, simples, con los tapones azules. “No soy muy fan de buscar modelos raros. Me gustan esos, son cómodos, son míos. Siempre he jugado con los mismos”. Así es, no necesita lo último, ni lo más vistoso. En un mundo que empuja hacia lo nuevo, ella elige lo fiel. Y entonces todo cobra sentido: la futbolista, la estudiante, la emprendedora, la compañera que repite gestos porque cree en los procesos. No en el azar. No en la suerte.

“Jugar al fútbol es como un momento de desconexión. Llego al entrenamiento o a la cancha, cuando estoy ya con el equipo me olvido de todo, si tenía algún parcial, si tenía que hacer algo, si hay algún problema, desaparece completamente y puedo disfrutar todo el momento. Jugar al fútbol me apasiona. Creo que no hay día que me despierte y diga hoy no tengo ganas de jugar al fútbol. Sin ir más lejos, cuando yo empecé en las inferiores está muy perdida con respecto a qué estudiar y me decidí por educación física; justamente por esto, porque es algo que me encanta, que siento que lo podría hacer todos los días y nunca me alcanzaría porque realmente es algo que disfruto mucho de hacer”, reflexiona ‘Sofi’. No hace falta agregar más.

– ¿Qué sueños tenes en el fútbol?
– Cuando empecé a jugar al fútbol, ya cumplí un sueño. Siempre había soñado de chiquita, jugar en un club, formar parte de un equipo, así que creo que ese fue el primer sueño que tuve. Ahora, que ya estoy acá, creo que me encantaría poder seguir jugando por mucho más tiempo, salir campeona con Juniors. Y como un objetivo un sueño personal mío creo que sería llegar a ser profesional, poder alcanzar lo máximo que pueda como jugadora. Tampoco me gusta exigirme demasiado, porque creo que pierdo a veces el disfrutar, o llega la frustración, y creo que siempre dar lo mejor de uno, sin importar lo que venga después.

La ‘Sofi’, la semilla que floreció, y hoy disfrutan las ‘poetas’ en General Paz Juniors.

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