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Combina bajo impacto, fortalecimiento muscular y beneficios físicos y mentales. Qué lo hace ideal para personas +40 y por qué es tendencia entre hombres y niños también.
04 de julio de 2025, 12:10
Tradicionalmente asociada con la natación o el aquagym, la pileta se redefine como un gimnasio de cuerpo completo gracias al avance del ejercicio vertical acuático. Esta práctica, que crece entre personas de más de 40 años, se realiza en posición erguida dentro del agua, y permite trabajar fuerza, equilibrio, coordinación y flexibilidad, sin impacto articular.
“La piscina se convierte en una sala de gimnasio 360°. La resistencia del agua es 12 veces mayor que la del aire, lo que exige al cuerpo en todos los ángulos”, explica Vanina Delfino, entrenadora internacional de la Asociación de Ejercicios Acuáticos (AEA) y disertante en Mercado Fitness 2025.
Bajo el paraguas del ejercicio vertical acuático se agrupan diferentes disciplinas: desde entrenamiento funcional en agua, aquacrossfit, boxeo acuático, hasta ciclismo en pileta. Esta diversidad amplía el abanico de públicos, dejando atrás el mito de que sólo está pensado para adultos mayores o personas con movilidad reducida.
La presión hidrostática del agua favorece la circulación, mejora la recuperación muscular, reduce el dolor postentrenamiento y genera una sensación de alivio general. “Hoy todos los médicos te mandan al agua”, resume Delfino. Y agrega: “La pileta ya no es sólo un espacio de ocio, sino una herramienta de salud preventiva y recuperación funcional”.
Uno de los aspectos más valorados por quienes adoptan esta práctica es su impacto en la salud emocional. “Más allá de las endorfinas del ejercicio, el componente grupal y social es central. Se genera comunidad, y eso fortalece la motivación”, explica Delfino.
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La adherencia al entrenamiento, fundamental para sostener la actividad en el tiempo, aumenta significativamente cuando el contexto es cálido, contenedor y compartido.
La tendencia internacional apunta al entrenamiento anfibio, que combina rutinas en tierra con secuencias dentro del agua para aprovechar los beneficios de ambos entornos. Esta perspectiva más inclusiva también rompe con viejos estigmas: cada vez más hombres se suman a estas clases, impulsados por referentes como Cristiano Ronaldo o Usain Bolt, quienes incorporaron entrenamiento acuático a su preparación física.
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En países como Italia o Portugal ya hay paridad de género en las piletas, y todo indica que Latinoamérica seguirá el mismo camino.
Otra tendencia en auge es el ejercicio acuático en la infancia, especialmente en bebés. El agua es un entorno familiar desde el nacimiento, y con un abordaje respetuoso y lúdico (juegos, cantos, desplazamientos suaves) se promueve el vínculo con madres, padres y cuidadores.
Se desaconsejan las maniobras invasivas o forzadas de inmersión. Y desde lo sanitario, se recomienda iniciar estas actividades recién a partir de los 6 meses, cuando el calendario de vacunación está más avanzado y se minimizan los riesgos vinculados a temperatura y calidad del agua.