La magistrada de guardia del Tribunal de Instancia de San Javier, titular de la plaza 5, ha acordado este martes la libertad provisional para los dos supuestos cómplices del agresor del jubilado de la localidad murciana de Torre Pacheco, según han indicado fuentes judiciales. Aunque ellos no golpearon a Domingo, el jubilado de Torre Pacheco cuyo caso fue el origen de la espiral de violencia que vive el pueblo, también están investigados por un delito de lesiones y otro contra la integridad moral.
Mientras, el sospechoso de pegar a Domingo, un joven que tiene 19 años y fue detenido en la estación de tren de Rentería, en Guipúzcoa, cuando se disponía a viajar a Irún, ya está en la cárcel. El Juzgado de Instrucción Nº 5 de Donostia-San Sebastián, en funciones de guardia, lo mandaba a prisión provisional sin fianza como presunto autor de un delito de lesiones.
Los dos chicos que, presuntamente, no evitaron la agresión salen a la calle con cautelares: una orden de alejamiento del jubilado, la obligación de comparecer en el juzgado cada 15 dias, y la prohibición de salida del territorio nacional. De hecho, han tenido que entregar su pasaporte.
En busca del móvil
La jueza de San Javier, además, ha tomado declaración a la víctima para tratar de esclarecer qué pasó en el camino del cementerio de la localidad y desembocó en el suceso que prendió la llama xenófoba y violenta. El fin de la magistrada es encontrar un móvil del ataque, saber si hubo algún tipo de interacción previa entre Domingo y los tres chicos que pudo dar lugar a la agresión o esta fue completamente gratuita y sin mediar palabra.
El vecino explicó que fue agredido sin razón alguna, por parte de unos desconocidos a los que encontró en un camino por el que, según detalló, tiene la costumbre de pasar por las mañanas.
Del mismo modo, la jueza ha solicitado que un médico forense examine al jubilado y redacte un informe de las lesiones que sufrió.
Mientras, en el pueblo seguían en la noche de este lunes los altercados. «Queremos justicia por lo que hicieron en el kebab, ¿entendéis o no?», gritaba este lunes por la noche en la vía pública un joven, concentrado junto a decenas más, en la cuarta noche de disturbios desde que estalló el polvorín en el que se ha convertido Torre Pacheco.
Se refería a lo que pasó en el negocio de Hassan: unos individuos entraron de noche y, en apenas un minuto, destrozaron el interior de su restaurante y se marcharon. Hassan es un vecino que lleva una década en el pueblo y no tiene problemas con la ley. Ultras llegados de fuera, aprovechando la espiral de violencia, la tomaron con su establecimiento, lo cual tensó los ánimos entre la población de origen magrebí de la zona.