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Adiós a los ‘criptobros’: el bitcoin conquista ya a los grandes patrimonios españoles

Las criptodivisas se han hecho mayores. Han llegado a su edad adulta gracias a la aparición en este mercado de grandes fondos institucionales estadounidenses como BlackRock, Fidelity o Invesco y con ello también ha cambiado el perfil de los inversores: de los jóvenes que llegaron a este mercado con el objetivo de hacerse ricos rápidamente, los llamados ‘criptobros’, han dado paso a los grandes patrimonios que ven en este activo una fuente de rentabilidad extra a sus carteras que no se pueden perder. De personajes como ‘Wall Street Wolverine’ y su ya viral vídeo «aquí se ‘holdea’ -mantener- con cojones» se ha pasado a familias que hasta hace poco solo invertían en ladrillo, bolsa y renta fija.

De hecho, el 63% del patrimonio invertido en activos digitales en España corresponde a inversores con más de seis millones de ahorros, según la última estadística de los declarantes del Impuesto sobre el Patrimonio de la Agencia Tributaria. Los datos muestran que la mitad de los españoles que declararon tener entre 300.000 euros y 1,5 millones de euros invirtieron en criptodivisas en 2021. Ese mismo año, el último del que se tienen registros, solo entre 1.500 declarantes tenían más de 2.000 millones de euros invertidos en criptoactivos.

«Entre nuestros partícipes actuales destacan ‘family offices’ que reconocen haberse perdido a Bitcoin de 20.000 a 80.000 dólares, pero que no se pueden permitir quedarse fuera si sube a 200.000, ante la presión directa de sus propios clientes. También invierten en el fondo asesores y clientes de otras entidades que ya están recibiendo esa misma demanda y buscan vehículos regulados, líquidos y gestionados profesionalmente para dar una respuesta sólida», explica Rubén Ayuso, cogestor del fondo de Criptomonedas FIL de A&G.

El banco de inversión español A&G fue el primero en el mercado nacional en lanzar un fondo de inversión de criptodivisas, dirigido exclusivamente a inversores profesionales y con una inversión mínima de 10.000 euros, en octubre de 2023 y después se le sumaron otras entidades como Andbank y Renta 4. BBVA, por su parte, ha sido el primer banco comercial en ofrecer a sus clientes la compraventa y custodia de bitcoin y ether tras la entrada en vigor del reglamento europeo sobre los criptoactivos (MiCA) y en los próximos meses se espera que se le sumen otras entidades como Caixabank, Banco Santander o Kutxabank gracias a la nueva regulación que se une al impulso inversor en Estados Unidos y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Los fondos controlan el 25% del bitcoin

La llegada de los fondos institucionales de Wall Street ha atemperado la volatilidad de un mercado acostumbrado a ser una montaña rusa de emociones no apta para todos los públicos. En 2021, la volatilidad del bitcoin llegó a niveles del 100%, en la actualidad se ha reducido al 29,5% y con ello también se ha reducido la rentabilidad. En lo que va de año, la criptodivisa más popular se revaloriza un 28%, en 2017 llegó al 1.369% y en 2020 al 303%. Las pérdidas también hablan por si solas: en 2018 cayó un 73,5% y en 2022 un 64%. Estos vehículos de inversión tienen un horizonte de inversión más a largo plazo y sus gestores toman decisiones que dependen más de variables económicas como los tipos de interés, la inflación y el empleo, frente a la especulación rápida y la compraventa en horas o días que buscaban los primeros inversores minoristas de este mercado.

«En 2021, cuando empecé a invertir en criptos viví una auténtica locura, era el salvaje oeste. Es un mercado complejo, hay que estar formado y ser responsable de tus decisiones. Hay muchas empresas tecnológicas innovando con sus tokens y eso genera valor a largo plazo, pero hay que saber encontrarlas. Ahora la situación está más domesticada, porque en cuanto entra la regulación la burbuja se desinfla. Aunque aún veremos algunas subidas interesantes», sostiene un joven inversor en este tipo de activos que pide no revelar su identidad.

El tamaño de estos fondos cada vez, además, es mayor y se calcula que ya controlan alrededor del 25% de los bitcoins en circulación. El mayor vehículo de inversión en bitcoin, el iShares Bitcoin ETF Trust de BlackRock, cuenta ya con 83.000 millones de dólares en activos y está a punto de superar el patrimonio bajo gestión del fondo de oro, el SPDR Gold Shares con 101.000 millones de dólares. Aunque aún existe una diferencia notable, el crecimiento del fondo de BlackRock ha sido vertiginoso porque en solo 18 meses acumula un volumen que el fondo de oro tardó 15 años en lograr, según Deutsche Bank. Bloomberg prevé que el fondo de BlackRock podría alcanzar los 100.000 millones de dólares este mismo mes de julio.

«El bitcoin está dejando de ser una apuesta puramente especulativa para convertirse en un componente estratégico dentro de carteras diversificadas», sostiene un informe reciente de Citibank. Además, los analistas de la entidad estadounidense subrayan que es clave seguir de cerca su correlación con las acciones tecnológicas, y con el oro en el futuro, ya que esto podría revelar si el activo avanza hacia su consolidación como reserva de valor.

«Más allá del comercio especulativo, el uso de criptomonedas se está diversificando. Las monedas estables -‘stablecoins’- superan los 172,1 billones de euros en circulación y se usan cada vez en pagos internacionales. También hay un crecimiento notable en sectores como las finanzas descentralizadas, la tokenización de activos reales y los proyectos que combinan blockchain con inteligencia artificial o sostenibilidad. Aunque la volatilidad no desaparece, el mercado avanza hacia una mayor estabilidad y adopción global», sostiene Fernando Torres, analista del bróker británico IG.

Los bancos centrales trabajan en sus propuestas

Mientras el mercado ‘cripto’ avanza hacia una mayor correlación con las bolsas, los bancos centrales principales del mundo trabajan por dar una alternativa digital al dinero fiduciario, tal y como lo conocemos. En el caso del Banco Central Europeo (BCE) lleva cerca de seis años trabajando en la creación del euro digital, uno de los grandes proyectos del organismo que preside la francesa Christine Lagarde por el dominio que tiene Estados Unidos en este tipo de activos.

Lo que sabe hasta ahora es que el BCE continúa con sus pruebas técnicas, ha involucrado a 70 actores del sector —como Bizum, CaixaBank o Iberpay—, pero el proyecto sigue a la espera de una legislación clave para su lanzamiento. El marco legal, aún sin consenso en la Eurocámara, podría tardar en llegar, y desde su aprobación se necesitarían al menos dos años y medio para emitir la moneda digital. Mientras tanto, el BCE insiste en que el euro digital será una solución de pago pública, complementaria a las privadas, y fundamental para preservar la soberanía monetaria de la eurozona ante el declive del uso del efectivo.

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