Un legado. Eso es lo que está construyendo España en cada partido. Con el paso de los años, seremos todos más conscientes de lo que estas jugadoras han significado para todas. Porque el fútbol siempre ha sido una herramienta social, pero había estado silenciada hasta que ellas echaron a gritar. Son referentes para pequeñas (y para las que ya no tanto) fuera del campo manteniendo el foco en el balón. Y no siempre es fácil. Ahora llega una nueva oportunidad de marcar un hito, de hacer historia. Parece repetitivo, ya es rutinario, pero debemos darle valor a lo conseguido. En Basilea, este domingo, España juega su primera final en una Eurocopa (18 horas, La 1). El eterno rival, Inglaterra, estará enfrente para volver a medir la capacidad de esta selección de alcanzar lo imposible.
Y es que dicen que eso tan solo tarda un poco más en llegar. Y este equipo lo ha demostrado. Si miramos tan solo tres años atrás y nos trasladamos a Inglaterra, España era un equipo parecido pero demasiado distinto. Las mismas jugadoras, la misma entrenadora (aunque en ese momento era la asistente principal de Jorge Vilda, el seleccionador), pero totalmente diferente. Allí ni se podía intuir lo que estaba por venir. Y ahora en Suiza ya tenemos como normal, como establecido, aquello que hace tan solo unos años ni albergábamos ver.
Fuerte mazazo
Es codicioso el destino, que ha vuelto a cruzar a España e Inglaterra. Se han visto las caras en cada uno de los momentos que han marcado la historia. En la Eurocopa que lo cambió todo para ambas, impulsando cambios nacionales aunque de diferente índole. Un año más tarde, en la final del Mundial que encumbró a España como campeona del mundo. Para las inglesas, tras ganar la Eurocopa como anfitrionas, fue un mazazo considerable. Avivó esa rivalidad que se seguiría manteniendo con el paso del tiempo con las futbolistas españolas. Una tensión que se ha mantenido durante la temporada de clubs con la Champions, donde el Barça (equipo al que pertenecen la mayoría de futbolistas de la selección) ha batallado con Chelsea o Arsenal para mantener el trono europeo que ahora ya no ocupa por su culpa.
Y llega Suiza para volver a marcar la historia. En Basilea se enfrentan las dos mejores selecciones del mundo, aunque en momentos distintos. España llega a su primera final con confianza, afianzando esa etiqueta de favorita que le colgaron antes incluso de empezar el torneo, y con la certeza de haber sido el mejor equipo del torneo. Los goles de Esther, el control del centro del campo de Aitana, Alexia y Patri y las paradas milagrosas de Cata Coll han sido algunos de los argumentos irrefutables que las ha mandado directas a la final. Han disfrutado con su superioridad, pero también han sabido sufrir como un equipo maduro cuando las cosas se han complicado, como en las semifinales contra Alemania que se fue a la prórroga.
«Cada vez somos un equipo más maduro y con más recursos. Lo venimos demostrando. Pero lo que hemos hecho hasta ahora no sirve de nada. Mañana [por hoy] es un nuevo partido contra una gran selección. Estamos preparadas para ello e intentaremos dar nuestra mejor versión», confesaba Irene Paredes en la rueda de prensa previa a la final. «Desde la final del Mundial se han dado pasos firmes. Sigo pensando que tenemos que seguir abriendo puertas y normalizar situaciones que cada día son más normales. En ese momento se derribaron un montón de muros. Somos aún más referentes», añadía la capitana.
Inglaterra, en cambio, ha sobrevivido. Ha tenido muchas vidas dentro del torneo y siempre ha luchado cuando parecía que ya la podíamos dar por muerta. La seleccionadora, Sarina Weigman, sigue guiando al equipo, pero este no ha firmado su mejor actuación. De hecho, dos prórrogas en la fase final demuestran la estoicidad de las inglesas que, pese a no estar en su mejor momento, tiene un componente letal y sorpresivo que revoluciona partidos en apenas minutos (sobre todo en los finales). Sus amenazas son muchas, aunque España quiere deshabilitarlas con el control del balón y una actuación defensiva soberbia para castigar su recurso más usado: el contragolpe. Los balones parados también suele ser unas de sus armas.
Pese a eso, España es favorita para al final. Y no solo por lo demostrado esta Eurocopa (que también) sino por la dinámica y el cambio que han generado este equipo en los últimos años. Y las españolas quieren que Basilea quede marcada en el mapa como ya hicieron con Sídney.
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