Tamara Pettinato no aguantó el discurso de Cristina Pérez en los Martín Fierro y lo expresó con un show de gestos que marcaron claramente su desaprobación. La disputa tiene que ver con cuestiones políticas ya que ambas están ubicadas en veredas muy distintas dentro de lo que se dio en llamar «la grieta». Fue, para muchos, el momento de mayor tensión en la entrega de los premios a la radio.
No hace mucho, Pettinato estuvo en el ojo de la tormenta y en el centro de la escena al trascender una serie de imágenes suyas (casi todos registros fílmicos) en distintas situaciones de beboteo con quien era en ese entonces el presidente de la Nación, Alberto Fernández. Mientras tomaban bebidas alcohólicas jugaban a ser dos enamorados y se decían cosas que se dicen todas las parejas en un clima de intimidad. Pero en la Casa Rosada, nada menos.
Cristina Pérez es decididamente antikirchnerista y si bien pregona llevar adelante un periodismo independiente está casada con Luis Petri, ex disputado nacional por el PRO y actual Ministro de Defensa del gobierno libertario, y durante el fin de semana, ante la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, fue la segunda figura femenina más importante detrás de la de Karina Milei cuando el presidente dio su discurso en la apertura de la exposición Rural.
Toda esa distancia hay entre ellas. Cuando Cristina Pérez ganó su galardón y subió a buscarlo se esperaba que sus palabras estuvieran referidas, de algún modo, a la actualidad política. No hubo sorpresas y sucedió eso. «La Argentina necesita que seamos todos iguales, y que el periodismo apoye proyectos como el de ficha limpia» gritó a viva voz la actual conductora de Radio Rivadavia y La Nación+.
EL SHOW DE GESTOS DE TAMARA PETTINATO CONTRA
«La Argentina necesita que no se robe, y que los que roban paguen efectivamente su corrupción» gritó Cristina en lo que pareció ser una alusión directa a su tocaya CFK. En ese preciso instante, las cámaras enfocaron a Tamara Pettinato y se hicieron un festín con su gestualidad. ¿Lo hizo a propósito, sabiendo que la iban a tomar? ¿Exageró, buscando un golpe de efecto, siempre tan provocativa?
Quizás. Lo cierto es que la hija de Roberto y hermana de Felipe y el recientemente cuestionado por su ex, Homero, arrancó con una serie de muecas que dejaron a la vista su enojo con las palabras de Pérez. Estaba desencantada y lo hizo saber de una manera muy notoria. A nadie le quedaron dudas de lo que estaba pasando por su cabeza. Incluso una rápida lectura de labios permitía leer alguna descalificación para su rival. Las dos, al borde del abismo.