Según los últimos datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, Donald Trump está expulsando a los inmigrantes ilegales del país en tiempo récord, tanto así que los datos migratorios relevados muestran una caída sin precedentes en el número de indocumentados que viven en suelo norteamericano.
Entre los meses de enero y julio se registró que 2.2 millones de personas nacidas en el extranjero abandonaron los Estados Unidos, y la mayor parte de esa reducción -1.6 millones – fueron inmigrantes ilegales, según confirman las cifras del Center for Immigration Studies.
Es un giro casi inimaginable comparado con los años de Biden, cuando los inmigrantes ilegales ingresaban al país a un ritmo nunca antes visto, con un promedio neto de 120.000 personas nuevas cada mes. En los últimos seis meses, la población indocumentada ha disminuido a un ritmo cercano a los 270.000 por mes, es decir, más del doble de la tasa de aumento registrada en la era demócrata.
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La población total de los EE.UU. disminuiría por primera vez desde 1930.
«La mejor evidencia que tenemos es que la población ilegal ahora está cayendo a un ritmo que incluso supera el crecimiento masivo que tuvimos en los cuatro años de Biden,» dijo Steven Camarota, director de dicha organización sobre estudios migratorios.
De acuerdo con el informe mensual de la Oficina del Censo, en enero la cifra de la población total nacida en el extranjero que residía en los EE.UU. era de 53.3 millones, el nivel más alto de la historia, tanto en cantidad absoluta como en porcentaje. Pero el mes pasado, ese número bajó a menos de 51.1 millones.
Camarota estima que la población de inmigrantes ilegales subió de 10.2 millones al inicio del mandato de Biden a 15.8 millones en enero, para luego caer a 14.2 millones actualmente. Si esta tendencia continúa asentándose en lo que resta del año, la población total de Estados Unidos podría disminuir por primera vez desde la década de 1930.
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Los inmigrantes ilegales se están autodeportando.
Para arreglar el desastre migratorio que heredó de Biden, el gobierno de Trump desde que llegó a la Casa Blanca está aumentando el número de arrestos y deportaciones y ha invertido fuertemente en mecanismos para alentar a los inmigrantes ilegales a marcharse del país voluntariamente.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, contó la semana pasada que líderes extranjeros le han informado que están viendo una oleada de personas regresando voluntariamente a sus países de origen tras salir de territorio estadounidense por primera vez en mucho tiempo.
Sobre estos datos, el ya citado Camarota se pronunció explicando que lo más probable es que esto represente un ahorro para los contribuyentes y una reducción en la presión sobre escuelas, hospitales y otros servicios. A su vez, se abren oportunidades laborales para los estadounidenses.
