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Litigio por el antiguo Picasso de un narco barcelonés

‘Property of a Gentleman, o propiedad de un caballero. Eran las primeras palabras que podían leerse en la web que el gigante de las subastas Christie’s dedicó a ‘Femme dans un rocking-chair’, obra que Pablo Picasso pintó en 1956 de su musa y segunda mujer, Jacqueline Picasso. La casa de subastas era generosa en detalles, indicando sus medidas (194,5 x 130,1 centímetros), los distintos cambios de manos que había vivido la obra, de la Galerie Louise Leiris a un coleccionista privado en Estados Unidos hasta llegar al citado caballero. La información venía acompañada de cuatro fotografías y un vídeo para incitar el apetito de los posibles compradores en el remate que había de celebrarse en Londres en febrero de 2023. También se advertía del valor estimado del cuadro (entre 15 y 20 millones de libras). Lo que no se hizo público fue la identidad del vendedor. 

La subasta de la obra, sin embargo, se cerró sin comprador. Para cubrir esta eventualidad Christie’s ya tenía cerrado un acuerdo de venta del cuadro por 14,5 millones de libras (16,7 millones de euros) con Brewer Management Corporation, propiedad del empresario de capital riesgo iraní Susan Ghandehari. Y según ha avanzado el ‘Financial Times’, la transacción no ha acabado bien: el comprador ha demandado a la casa de subastas por ocultar la identidad del anterior propietario del cuadro. ¿Qué problema encontró Ghandehari con ese detalle? Según el comprador, el anterior propietario del ‘Femme dans un rocking-chair’ era José Mestre, empresario catalán que erigió un emporio con su negocio como propietario de lucrativos muelles de carga y descarga en el Puerto de Barcelona. Pero Ghanderari supo otro detalle: Mestre fue condenado a 12 años de cárcel (que el Supremo rebajó a nueve) por narcotráfico. 

Y el empresario iraní, bien conocido en los circuitos del coleccionismo de arte, fue claro: no quería “que nada de su dinero se pague a José Mestre o a ninguna persona relacionada con él”, según relata el rotativo británico. 

Ghandehari acusa a Christie’s de haberle engañado respecto al propietario del cuadro. Según defiende, la casa de subastas le dijo que José Mestre había muerto y que el propietario del cuadro era su hijo José. Christie’s también le habría asegurado que “todo estaba en regla” con respecto al antiguo propietario del cuadro. La firma de subastas defiende que actuó cumpliendo todas las normativas y que debe respetar los pactos de confidencialidad con sus clientes y aspira a cobrar el total de lo acordado; hasta la fecha, Ghandehari ha avanzado los 4,8 millones de libras por la obra. Ahora quiere echar atrás la transacción y recuperar ese dinero. 

Lujo y cocaína

¿Quién es José Mestre, el empresario que ha desencadenado este sonado litigio en el mundo del arte? Era el propietario junto a sus hermanos de Terminal de Catalunya (Tercat), uno de los grandes operadores de la carga y descarga del Puerto de Barcelona. En 2006 dieron entrada en el capital de la compañía a la china Hutchison a cambio de unos 170 millones de euros. Tras la entrada del gigante chino, Mestre mantuvo el cargo de director general en Tercat. El suyo era un nombre de éxito y pese a su discreción, en mayo de 2010 recibió un premio a mejor empresario nacional durante el Salón Internacional de la Logística, que presidía Enrique Lacalle. 

Su suerte giró abruptamente sólo un mes después: el 22 de junio de 2010, cuando agentes antidroga del Cuerpo Nacional de Policía encontraron 202 tabletas de cocaína en 10 mochilas ocultas en un contenedor de chatarra en el puerto de la capital catalana. En total, 186 kilogramos, que tenían entonces un valor de 14,6 millones de euros

Mestre, que según recoge la hemeroteca era conocido como ‘el Don’ o ‘El virrey del puerto’, fue detenido y su mansión en Pedralbes fue registrada. Además de un aparcamiento con coches de lujo donde cabían 20 vehículos, los agentes hallaron en su casa seis cuadros de Miró y obras de Tàpies y Nonell. Los agentes también encontraron, cómo no, dos de Picasso

El fugaz paso por Brians I

El empresario pasó un año en prisión preventiva y en 2013 fue condenado a 12 años de prisión y tiempo más tarde el Tribunal Supremo ratificó su culpabilidad pero dejó la pena en nueve años de reclusión. Su paso por la cárcel no estuve exento de controversia: a pesar de que empezó los ocho años de cárcel que tenía pendientes el 27 de diciembre del 2014, lo cierto es que antes de las navidades del 2025 ya había sido beneficiario del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, que le habilitaba para salir cada día de Brians I para ir a trabajar. Aquella decisión, aplicada a quien había sido señalado por un semanario mexicano como uno de los empresarios que utilizaba el cártel de Sinaloa para introducir cocaína en Europa, levantó ampollas. 

A pesar de que hace ya 15 años de su detención y una década de su salida de prisión, el apellido Mestre sigue siendo un tabú entre la alta sociedad barcelonesa. Y, como ha podido comprobar ahora Christie’s, el nombre es también conocido fuera de las fronteras españolas.

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