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Los amantes del carruaje exhiben su habilidad y patrimonio por las calles de Córdoba

La avenida del Alcázar, los Jardines de la Agricultura y Caballerizas Reales de Cordoba han ofrecido esta calurosa mañana de septiembre una estampa digna de un viaje en el tiempo, en concreto, a la época victoriana de finales del siglo XIX y principios del XX.

Amantes del carruaje y el caballo, vestidos en su mayoría al estilo inglés para la ocasión, han exhibido su patrimonio con motivo del décimo Concurso Internacional de Atalaje de Tradición Ciudad de Córdoba. María Antonia Torres, presidenta de la asociación de carruajes, ha explicado que en esta ocasión han competido 24 carruajes procedentes de distintos puntos de Andalucía y Portugal, con enganches de lo más variado: en tronco, tándem, potencia, en limona, tresillos, cuartos y tresillos invertidos.

En un concurso de estas características, los detalles son los que marcan la diferencia. Lo sabe Antonio Martín que ha acudido a la cita junto a Matilde León con caballos de la yeguada Cerro de los Castillejos, de Fuente Obejuna, a bordo de un sport break. «Nuestro coche es posterior a 1945, con frenos de disco que no se pueden utilizar en el concurso y se considera moderno», explica, «viene presentado con enganche en tronco y elementos antiguos como el látigo de pelo de rosal». Según su relato, los jueces tienen en cuenta aspectos muy diversos que van desde el estado del coche, su restauración, la presencia de los caballos, las guarniciones, la limpieza, los ajustes y también el atuendo de quienes dirigen y acompañan el carruaje. «Es muy importante que los metales brillen y que el cuero esté bien engrasado», ha señalado, aunque también prestar atención a elementos como los guantes que son obligatorios en el estilo inglés, las chisteras (gris para el propietario y negra para el lacayo) o las cabezas cubiertas de las mujeres con mantilla, pamelas y demás tipos de sombreros y copetes.

Las mujeres deben ir siempre con la cabeza cubierta en un carruaje. / Ramón Azañón

Recorrido bajo un sol de justicia

El recorrido de este sábado ha dado comienzo en los Jardines del Alcázar, donde cada carruaje se ha presentado al público y a los jueces. A continuación, han desfilado durante once kilómetros y bajo un sol de justicia hasta los Jardines de la Agricultura con destino en Caballerizas Reales. La multitud de turistas que puebla este sábado Córdoba se ha visto gratamente sorprendida por los carruajes, que han sido objeto de vídeos, fotos y contemplación desde las terrazas próximas a las zonas por donde han circulado.

Al mediodía, han dado comienzo las pruebas de manejabilidad, donde los concursantes deben demostrar sus habilidades al mando del carruaje y los caballos, que hoy han tenido que sudar bastante la camiseta por las elevadas temperaturas.

Entre los participantes se ha visto un nutrido grupo de mujeres, entre ellas, la más joven, Lucía Barranco, nieta de pepe Barranco, campeona de Andalucía y España de doma vaquera, que ha estado al mando de un coche de lo más peculiar. «Es un tándem Rally Car de 1800 restaurado por Matapalos hace cinco años», ha explicado, «con guarnición mixta tipo alemana y caballo con balancín». Su coche, de gran altura, «se utilizaba antaño por los contrabanditas, que podían saltar de él con facilidad». Con dos ruedas, el carruaje iba portado por dos caballos de pura raza española de José Barranco Reyes. En el pasado, el caballo de delante era el que se usaba para huir en caso de persecución. Acompañada por Víctor Robles, ambos han lucido un atuendo de estilo inglés o continental.

Turistas y locales han admirado los carruajes durante su recorrido por la ciudad. / Ramón Azañón

Según María Antonia Torres, «las mujeres no deben disfrazarse para ir en carruaje, aunque llevemos coches de 1800 o de 1900, no tenemos que vestirnos de la época, solo vestir elegantes pero con ropa actual». Ellos deben ir con traje y corbata y con chistera, pero tampoco disfrazados. La presidenta de la asociación no se inició en este mundo por tradición familiar. «Fue mi hija la que montaba a caballo, pero se fue a estudiar fuera y su padre y yo decidimos hacer algo con los caballos, así empezó todo». En el concurso, Torres ha ido al mando de un carruaje Rally Car, «un coche de campo que se utilizaba en las cacerías y que era ideal para paseos cortos por la ciudad y para salir al campo». Al parecer, este modelo fue el que democratizó en época victoria el coche de paseo por su sencillez.

Potencia cordobesa, a bordo de un Omnibus

Entre la comitiva, se ha visto a otra campeona de España en tresillo, Inmaculada García, en un carruaje Omnibus con caballos de la Yeguada Llanos del Conde. Todo el equipo ha estado formado por mujeres, cinco en total, amigas que se autodenominan Potencia cordobesa. «Este coche es de 1845, un coche de viaje de familias adineradas de mediados del siglo XIX, con una parte superior destinada al equipaje, que se ha restaurado siguiendo las técnicas de antaño, por eso tiene frenos tradicionales».

Entre los equipos masculinos, el dirigido por Gregorio Cabeza, oriundo de Lucena pero residente en Carmona, que ha competido con un hermoso Cooking Cart con tresillo invertido, «un coche francés de 1928». Enamorado de los caballos, se aficionó a los carruajes hace treinta años y desde entonces participa en todas las competiciones que se le ponen a tiro.

Los ganadores del concurso recibirán una reproducción de una rueda íbera encontrada en Montamayor aunque los nombres no se sabrán hasta esta noche.

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