Para muchas personas el mantenimiento del hogar es un territorio lleno de trampas. Pocas cosas generan tanto respeto como enfrentarse a una persiana atascada, una fuga de agua o un enchufe que chispea. Quienes no se manejan bien con la carpintería, la fontanería o la electricidad suelen aplazar esos arreglos “para el fin de semana” que nunca llega. Sin embargo buena parte de esos pequeños desperfectos tienen soluciones mucho más simples de lo que parece.
Las redes sociales han contribuido a derribar ese muro del miedo. Cada vez más profesionales comparten sus conocimientos técnicos con naturalidad y, en muchos casos, con una claridad que ni los manuales de bricolaje de toda la vida. Uno de ellos es Sergio Campos, experto en reparaciones domésticas, que en uno de sus vídeos muestra cómo arreglar una persiana en apenas un minuto.
En su publicación Campos aparece frente a una persiana común y va explicando paso a paso el proceso: “Quitamos los tornillos y, como ves, el muelle recogedor está roto, por lo tanto debemos de comprar otro”. Después añade cómo sustituirlo correctamente: “Metemos la cuerda por la ranura y la colocamos tal y como se ve en el vídeo. Cortamos el sobrante y empezamos a enrollar la cuerda en el muelle. Recuerda hacer este proceso siempre con la presión abajo”. Al final hay que volver a atornillar el sistema a la pared y el problema queda resuelto.
Por qué se rompen las persianas normalmente
Más allá del truco exprés entender por qué se rompen las persianas puede evitar que el problema se repita. El portal especializado Persianas T&C recoge las principales causas por las que la cinta de una cortina de enrollar se deteriora con el tiempo. Una de las más comunes es el pasacintas o rodillo deteriorado, la pieza por donde pasa la cinta y que, al rozar, puede desgastarla si está dañada. Otra causa habitual es que el rodillo esté mal alineado con el enrollador, lo que hace que la cinta se incline y roce con el lateral interno hasta romperse.
También influye el estado del resorte interior del pasacintas, sobre todo en las persianas catalanas que se instalan en la parte exterior de la ventana. Si el resorte queda mal cortado, la cinta puede rozar y sufrir desgaste. En otros casos, el problema está en el disco o la polea del eje, que si se rompe o se deforma obliga a cambiarla cuanto antes. Finalmente, conviene comprobar que la cinta no roce con las guías o el interior del cajón, algo frecuente cuando los embudos o cortes metálicos están mal colocados.
Campos recuerda que reparar una persiana no siempre requiere llamar a un técnico, pero sí atender a los detalles. Una cinta mal alineada o un muelle con tensión incorrecta pueden parecer nimiedades, aunque son justo lo que acaba provocando la avería. Y aunque su vídeo promete un arreglo rápido, el verdadero consejo es ese: antes de gastar en una nueva, mira qué la está rompiendo.