El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ofreció este domingo en Kuala Lumpur frente Donald Trump como «interlocutor» en la peligrosa crisis entre Estados Unidos y Venezuela marcada por los hundimientos de embarcaciones y un creciente clima de guerra. La iniciativa fue informada por el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, tras el encuentro bilateral que tuvo lugar a la par de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático de la ASEAN. Vieira dijo que Lula «planteó el tema y afirmó que América Latina y Sudamérica, donde nos encontramos, es una región de paz». El líder del Partido de los Trabajadores (PT) se ofreció, según el ministro, «a ser un contacto, un interlocutor, como lo ha sido en el pasado con Venezuela, para buscar soluciones mutuamente aceptables y correctas entre ambos países». La propuesta se conoce apenas pocos días después de que fuera desplegado en aguas del Caribe sur el portaviones más poderoso de Estados Unidos. Su presencia, junto con la de otras naves, provoca una profunda preocupación regional.
«Al posicionarse como mediador entre Estados Unidos y Venezuela en la conversación con Donald Trump este domingo, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva intenta recuperar para Brasil el papel protagonista en América del Sur, una característica tradicional de la diplomacia brasileña», señaló el diario carioca O Globo. «Sin embargo, la iniciativa es vista con cautela y cierto escepticismo por parte de los interlocutores del propio Gobierno, que reconocen la complejidad del escenario y las resistencias dentro de Washington». Para la publicación, que cita fuentes diplomáticas, «hay dudas sobre hasta qué punto la Casa Blanca aceptará una mediación en este momento» debido a que «el ala más dura de la política exterior estadounidense, representada por el secretario de Estado, Marco Rubio, mantiene una postura de confrontación con respecto al gobierno de Nicolás Maduro». Si bien Lula quiere presentarse como «una voz de equilibrio, capaz de dialogar con Washington sin romper con Caracas», en la Cancillería brasileña «reconocen que las posibilidades de que Brasil ejerza realmente ese papel de mediador dependen de la disposición de Estados Unidos a aceptar el diálogo con un tercer país, algo que, hasta ahora, no está asegurado».
La disputa comercial
El encuentro entre Trump y Lula se centró en la discusión de la disputa comercial que surgió cuando el magnate republicano impuso aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas como una represalia política y solidaridad con el ultraderechista Jair Bolsonaro cuando estaba a las puertas de ser condenado a 27 años y tres meses de cárcel por su condición de jefe de una «organización criminal» para derrocar a Lula en enero de 2023. «Llegaremos a un acuerdo», prometió Trump sobre las negociaciones con Brasil. Su colega habló de una «excelente reunión». Anunció que los equipos se reunirán «de inmediato» para seguir negociando. La industria brasileña celebró la reanudación del diálogo entre ambos países,
El tono de las conversaciones ha cambiado sustancialmente desde agosto cuando Washington no solo aumentó los gravámenes, sino que sancionó a Alexandre de Moraes, el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de mayor protagonismo en el proceso contra Bolsonaro. Antes de encontrarse con Lula, el multimillonario dijo sentirse mal por la suerte del excapitán del Ejército. Cuando le preguntaron si iba a abordar ese tema con Lula fue categórico: no era «asunto suyo» plantearlo.
Suscríbete para seguir leyendo
