El humor puede servirnos para escapar del horror, pero también para acercarnos a él tomando la necesaria distancia. Así lo entiende el dibujante valenciano Manel Gimeno, que publica este miércoles con la editorial Afers “Fang. Un 29 d’octubre”. Se trata de una colección de viñetas con la tragedia de la dana de fondo, con un “embarrado” presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en primer plano y con algunos de sus consellers, socios y antecesores en el cargo como necesarios actores de reparto.
“Encontrarte cara a cara con los retratos de estos personajes casi te invita asquerosamente a la huida, a buscar refugio lejos de la estulticia, a no abandonar nunca la lucha por la dignidad y la decencia de unos pueblos que nunca olvidarán los nombres y las caras de los responsables de la destroza provocada por la dana”, subraya el escritor Alfons Cervera en el prólog de “Fang”. “Afrontar una tragedia desde el humor es dificilísimo: hay que encontrar la clave para interesar al lector sin resultar banal ni tópico”, añade Manel Gimeno.
Página de «Fang» de Manel Gimeno. / L-EMV
«La realidad se impone»
Colaborador habitual de revistas como «Camacuc» y la «Cartelera Túria», Gimeno se ha especializado en el cómic didáctico, histórico y divulgativo. Quizá por eso en “Fang” no se limita a contar la dana y su gestión política con humor, sino que emplea más de la mitad del libro en relatar con su habitual ironía los antecedentes de la llegada de Mazón al gobierno de la Generalitat y sus dos primeros años como “Molt Honorable” hasta desembocar en el fatídico 29-O.
“A mí me gusta hacer chistes que simplemente den risa. Pero claro, la realidad se impone”, explica Gimeno sobre la genesis de “Fang”, donde mezcla algunas viñetas publicadas en la Cartelera Túria con otras hechas exprofeso para el libro, especialmente las referidas a las últimas noticias relacionadas con la dana y la gestión Mazón. “El libro nace de la indignación por el comportamiento de este hombre, por su indecencia, su prepotencia. Me puse a repasar lo que había publicado en los últimos dos años y vi que su trayectoria estaba bien definida desde el principio: no engaña a nadie”, explica el autor.
«Fangoteràpia» en «Fang». / L-EMV
«Es un aprendiz sin clase»
Gimeno asegura que su trabajo siempre ha tenido como objetivo hacer reír, por eso “Fang” ha sido para él un trabajo complicado. “Ese humor amargo que hacen colegas como El Roto o Malagón me resulta muy difícil -señala-. Además, con la tragedia, me quedé bloqueado, no puedo hacer chistes con los muertos. Me resulta imposible. La desgracia me desbordaba como humorista y como persona”.
Efectivamente, las referencias a las víctimas en «Fang» son escasas, pero tremendamente efectivas. “Hace tiempo que me despierto todas las noche a la misma hora y no me explico por qué”, dice el protagonista en la última viñeta junto a un despertador que marca las 2 y 29 minutos de la madrugada.
Gimeno no podía hacer humor con la desgracia de los miles de valencianos a los que golpeó la riada, pero la “indignación personal” estaba ahí, y también estaba la posibilidad de centrarse en el president de la Generalitat como blanco de sus rotuladores. Para el dibujante, Mazón es un personaje que mezcla lo cínico, lo trágico y lo esperpéntico. “Para empezar, no me gusta su chulería, su falta de empatía, esa sensación de estar por encima -detalla-. Me parece un personaje soberbio, que se cree superior. Y tampoco me parece especialmente brillante. Tal como apunto en una de las viñetas, parece un aprendiz de Zaplana, pero sin clase”.
«Fang» / L-EMV
«El humor aporta distancia»
Las viñetas de Fang vienen acompañadas de pequeños textos, apuntes que sirven para contextualizar la historieta. Pero, tal como apunta Gimeno, las declaraciones de los políticos que aparecen en los bocadillos son, en su mayoría, literales. “Prácticamente el cien por cien de los textos que dicen Mazón y el resto de personajes son reales. Yo solo pongo el dibujo y una pequeña réplica al lado. El humor negro surge de la realidad”.
Para Gimeno, este humor no sirve para banalizar, sino para recordar. “El humor aporta distancia. Nuestra memoria es muy frágil y, con tanta información diaria, olvidamos rápido. Al recopilar, al mirar atrás, quise que cada chiste tuviera sentido. Si no, se nos olvidaría todo”.
Su estilo gráfico, heredero del cómic infantil y divulgativo, crea un contraste con la dureza del contenido. “Lo he pensado mucho —admite Gimeno—, pero yo dibujo así. Es mi manera. Vengo del cómic didáctico y del humor para niños, y aunque ahora el tono sea adulto, ese trazo amable ayuda a tomar distancia. No ridiculizo a los personajes, pero sí creo que el estilo suaviza el golpe y permite mirar con claridad”.
«Fang» no es una novela gráfica, aclara el autor, sino un libro de humor gráfico que recopila dos años de trabajo. “Es una crónica periodística dibujada. Una mirada humorística sobre la gestión política del PP y sobre un país que, entre el barro y la mentira, intenta no perder su lengua ni su memoria”.
Portada de «Fang». / L-EMV
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