Las princesas Eugenia y Beatriz conservarán sus títulos reales a pesar de la caída en desgracia de su padre, el hermano pequeño del rey Carlos, el que fuera el hijo preferido de la reina Isabel II, el hasta ayer conocido como príncipe Andrés, y que a partir de ahora pasará a llamarse simplemente como Andrés Mountbatten Windsor, tras haber sido despojado de su título por el rey Carlos. Tras este grave hecho histórico, Andrés ahora usará el apellido de la familia real para los descendientes directos de la reina Isabel y el príncipe Felipe.
Según ha adelantado ‘People’, como hijas de un hijo de la difunta reina Isabel, se entiende que la princesa Beatriz, de 37 años, y la princesa Eugenia, de 35, conservarán sus títulos reales, de acuerdo con las Patentes Reales del rey Jorge V de 1917. Por ahora, ambas siguen siendo princesas y continúan ostentando el tratamiento de Su Alteza Real.
Si funciones reales
Las dos princesas no desempeñan funciones oficiales en nombre del rey, ya que han optado por desarrollar carreras privadas.
En 2018, Eugenia se casó con Jack Brooksbank, y la pareja ahora tiene dos hijos. De igual modo, la princesa Beatriz se casó con Edoardo Mapelli Mozzi en 2020, y son padres de dos niñas.
Andrés comparte la custodia de sus hijas adultas con su exesposa, Sarah Ferguson, de quien se divorció en 1996 pero con quien mantiene una relación cordial, e incluso residencia, pues ambos han estado viviendo en Royal Lodge, la mansión de la que han sido expulsados.
Retirada a Sandrigham
Después de días de especulaciones, Andrés no irá a vivir a Adelaide Cottage, que pronto quedará libre tras la mudanza de los príncipes de Gales; ni Ferguson a Frogmore Cottage, la propiedad que la reina Isabel II regaló a Enrique y Meghan como obsequio de bodas. Andrés Mountbatten-Windsor se instalará lo antes posible en una propiedad ubicada en Sandringham, la casa de campo de la monarquía británica.
El 30 de octubre, el Palacio de Buckingham emitió un comunicado de gran impacto sobre el hermano menor del rey. En él se explicaba que a partir de ahora se llamará Andrew Mountbatten Windsor y que se le ha ordenado entregar el contrato de arrendamiento de Royal Lodge, la que tenía que ser su residencia de larga estancia, y donde ha vivido desde 2003. «Su Majestad ha iniciado hoy un proceso formal para retirar el título, los honores y los tratamientos del príncipe Andrés. El príncipe Andrés ahora será conocido como Andrés Mountbatten Windsor.»
Hasta la fecha, su contrato de arrendamiento de Royal Lodge le ha brindado protección legal para continuar residiendo allí. Se le ha notificado formalmente la rescisión del contrato y deberá trasladarse a otra vivienda privada. Estas medidas se consideran necesarias, a pesar de que Andrés continúa negando las acusaciones en su contra por su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein, fallecido en prisión en 2019.
«Sus majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más sentido pésame han estado, y seguirán estando, con las víctimas y los supervivientes de cualquier forma de abuso», concluía el mensaje, refiriéndose al rey Carlos y a su esposa, la reina Camila.
La sombra de Epstein
El asunto se ha precipitado después de que Andrés emitiera una sorprendente declaración el 17 de octubre en la que renunciaba «voluntariamente» al uso de sus títulos y honores reales ante nuevas revelaciones por sus vinculaciones con el magnate Epstein. Dicha declaración se anticipó a la publicación, el 21 de octubre, de las memorias póstumas de Virginia Giuffre. En el libro, relata que fue obligada a mantener relaciones sexuales con Andrés en tres ocasiones, al menos dos de ellas cuando tenía 17 años. El hermano del rey, por su parte, siempre ha negado esas acusaciones.
El ostracismo de Andrés lleva tiempo larvándose. Empezó en noviembre de 2019, cuando concedió una entrevista al programa ‘Newsnight’ de la BBC sobre su relación con Epstein, un delincuente sexual convicto que murió en prisión mientras esperaba juicio a principios de ese año. Andrés se apartó de su papel real formal días después de que se emitiera esa entrevista, y en enero de 2022, la reina Isabel despojó a su segundo hijo de sus títulos y patronazgos militares. La monarca no tuvo más remedio, pues un juez rechazó la maniobra de Andrés de que se desestimara la demanda por agresión sexual que Giuffre había interpuesto contra él.
Más tarde, Andrés llegó a un acuerdo extrajudicial con Giuffre por una cantidad de dinero que nunca se reveló. Ella acabó suicidándose en abril a los 41 años.
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