Una investigación independiente ha concluido este jueves que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, es el «responsable moral» de la muerte de Dawn Sturgess, una mujer británica que murió envenenada tras utilizar un perfume adulterado con Novichok, una sustancia altamente nociva utilizada en el intento de asesinato del exespía ruso Sergei Skripal. Sturgess murió en julio de 2018 en el hospital de Salisbury, en el sur de Inglaterra, apenas unos meses después de que Skripal, exiliado en el Reino Unido desde 2010, fuese ingresado en el hospital junto a su hija, Yulia Skripal, víctima de un envenenamiento en su domicilio.
«Estoy seguro de que, al llevar a cabo su ataque contra Sergei Skripal, [los agentes] actuaban siguiendo instrucciones. He llegado a la conclusión de que la operación para asesinar a Sergei Skripal debió de ser autorizada al más alto nivel, por el presidente Putin», ha indicado el jefe de la investigación, el exjuez del Tribunal Supremo Anthony Hughes. «El ataque por parte de Rusia no fue, según parece claro, simplemente una venganza contra él, sino que supuso una declaración pública, tanto a nivel internacional como nacional, de que Rusia actuará con decisión en lo que considera sus propios intereses», añade el informe.
La pareja de Sturgess encontró el frasco de perfume adulterado poco después del ataque contra Skripal en marzo de 2018. Todo apunta a que la botella fue abandonada por los agentes de la agencia militar de inteligencia rusa (GRU) tras embadurnar el pomo de la puerta de la residencia del exespía ruso en Salisbury, algo que ha sido calificado como un acto «asombrosamente imprudente» por parte del jefe de la investigación. «Incluso una pequeña cantidad podría matar a miles de personas inocentes, contra las que los autores no tenían ninguna hostilidad, aunque creyeran tener motivos para matar a Sergei Skripal», ha asegurado Hughes.
Agente doble
Skripal, de 74 años, fue arrestado en Rusia en 2004 y condenado a 13 años de cárcel por actuar como un agente doble para el MI6, la agencia de inteligencia británica. En 2010 fue trasladado al Reino Unido en una operación de intercambio de prisioneros tras recibir el indulto de Putin. Los familiares de Sturgess han criticado a las autoridades británicas por mantener la identidad real de Skripal, algo que permitió a los servicios secretos rusos localizarle y llevar a cabo el intento de asesinato que acabó posteriormente con la muerte de la mujer, de 44 años.
«Sea cual sea el nivel de riesgo para Sergei Skripal, surge la pregunta de si las autoridades británicas no tomaron las precauciones de seguridad que debían haber tomado», indica el informe. «De ser así, habrán puesto en peligro no solo a Skripal y a su hija, Yulia Skripal, sino también —debido a la naturaleza del arma utilizada— a un amplio círculo de personas que podrían haber tenido relación con él y, también, al público en general».
Nuevas sanciones
Las conclusiones del informe han llevado al Gobierno británico a aprobar nuevas sanciones contra la GRU en su totalidad y a llamar a consultas al embajador ruso en el Reino Unido. El Ministerio de Exteriores también ha impuesto sanciones a «11 actores responsables de actividades hostiles patrocinadas por el Estado ruso», además de tres oficiales del GRU acusados de orquestar ataques contra civiles en Ucrania, en un nuevo intento de redoblar la presión sobre Moscú.
«El Reino Unido siempre se opondrá al brutal régimen de Putin y denunciará su maquinaria asesina por lo que es. Las sanciones de hoy son el último paso en nuestra defensa inquebrantable de la seguridad europea, mientras seguimos presionando las finanzas de Rusia y reforzando la posición de Ucrania en la mesa de negociaciones», ha asegurado a través de un comunicado el primer ministro, Keir Starmer, tras la publicación de las conclusiones del informe.
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