Robert Kubica ha escrito varias páginas en la historia del deporte, y aunque las gestas son diversas, en todas ellas hay una constante de esfuerzo y redención. El que fuera el primer piloto polaco de la Fórmula 1 y el protagonista de un accidente que estremeció al mundo y le dejó 42 huesos rotos y una infinidad de secuelas, ha vuelto a escribir su nombre en lo más alto del automovilismo. El piloto polaco se ha convertido este domingo en el campeón de la prueba más mítica del Mundial de Resistencia (WEC, por sus siglas en inglés), las 24h de Le Mans cerrando así otro capítulo inconcluso de su carrera tras el fiasco en 2021.
Por aquel entonces, el año de su debut, su triunfo se truncó en la última vuelta al acusar problemas mecánicos y quedarse sin coche en la recta final de la carrera, pero este domingo, Le Mans ha sido testigo de su triunfo, y el tercero consecutivo de Ferrari en la 93ª edición disputada este fin de semana, gracias al equipo privado con el número 83 pilotado junto al chino Ye Yifei y el británico Philip Hanson.
La escudería italiana partía como favorita a hacerse con el triunfo, al haber vencido los dos años anteriores y liderar el Mundial de Resistencia en 2025, pero hubo una sorpresa. La victoria no fue para ninguno de los dos vehículos oficiales, ni el 51 pilotado por los italianos Antonio Giovinazzi y Alessandro Pier Guidi junto al británico James Calado y ganadores en 2023 ni para el 50 con el español Miguel Molina, el italiano Antonio Fuoco y el danés Nicklas Nielsen, ganadores en 2024. Finalizaron tercero y cuarto, respectivamente, después de que al 50 no le dejasen adelantar al 51 en las últimas vueltas, por órdenes de equipo, y, por ello, el 51 reforzó su ventaja en el campeonato.
Historia de superación
Kubica tuvo al mundo en vilo en dos ocasiones. La primera de ellas, en 2007, fue cuando sufrió un aparatoso y escalofriante accidente en Canadá en el marco de la celebración del GP de Montreal. Por aquel entonces, el piloto de Sauber salió volando contra el muro atravesando el césped cuando trataba de adelantar a Jarno Trulli. Su monoplaza sufrió un violento impacto a 250 km/h que hizo temer lo peor pero que milagrosamente se saldó con un simple esguince de tobillo.
Tras ello, y en su afán por seguir escalando en el automovilismo, en 2011 sufrió el golpe más duro de su carrera que le mantuvo alejado de los circuitos hasta 2019. Fue en entonces cuando, a sus 26 años, el piloto polaco se fue directo contra un guardarraíl en una competición de rally en un tramo de montaña. El accidente le provocó 42 fracturas en el lado derecho de su cuerpo y tuvo que pasar en numerosas ocasiones por quirófano para arreglarlo.
Desde entonces, el piloto trabajó incansablemente en la recuperación de su mano derecha para conseguir volver a la competición, pero tras múltiples operaciones no fue hasta 2019 cuando volvió a tener una oportunidad de la mano de Williams de volver a manejar un monoplaza. Sin embargo, tras no volver a sentirse como antes del accidente en la Fórmula 1, decidió emprender una nueva carrera en el WEC.
Campeón de la European Le Mans Series en 2021 y 2024, y del Campeonato Mundial de Resistencia de la FIA en 2023, en la clase LMP2, ahora en Le Mans ha conseguido poner la guinda al pastel tras perder la victoria en la última vuelta por una avería en 2021 y firmar un segundo puesto en 2022.