La Escuela Álvarez Condarco de Villa Carlos Paz fue víctima de un robo que genera impotencia y dolor. Los delincuentes no solo forzaron las puertas y se llevaron utensilios y ollas, sino que arrasaron con toda la mercadería del comedor escolar, dejando vacía la heladera.
La pérdida no es solo material: golpea directo al corazón de una comunidad que, a pulmón, alimenta a diario a decenas de niños.
Las más afectadas, las cocineras del comedor, compartieron la indignación, la impotencia y la tristeza que atraviesan. “Yo estoy muy enojada porque no nos dejaron nada. Se llevaron toda la mercadería, la carne, las ollas, cubiertos, tazas, vasos… Hasta rompieron las puertas”, contó Lucía Andrada, una de las cocineras con más de 30 años de trabajo en la institución.
En medio de la cocina desmantelada, Lucía remarcó: “Esto es una escuela muy humilde, muy pobre, estamos en una zona roja. Lo más triste es que cuando vuelvan los chicos no vamos a tener nada para darles de comer”.
Una escuela que cocina con amor… y con lo justo
Sandra Farías, otra de las cocineras, mostró la heladera vacía con dolor al noticiero de Canal Next. “Esto es un golpe tremendo. Acá hay mucho sacrificio de los docentes, de la directora, que siempre pensamos en la alimentación de los chicos. Cocinamos como para nuestros propios hijos. Ya teníamos todo listo para un locro calentito que sabemos que a ellos les encanta”.
La comunidad educativa coincide en que muchos niños asisten a clase, incluso con bajas temperaturas, por la comida que reciben. “Son chicos muy humildes. Aunque se les pidió que se queden en casa por el frío, ellos igual vienen porque saben que acá al menos van a comer”, explicó Farías.
Ahora, las cocineras intentan gestionar un “menú de salida” con Paicor para que los alumnos puedan llevarse aunque sea una ración a casa. “No queremos que se vayan con la pancita vacía”, dijo Sandra.
Sin recursos y sin respuestas
El comedor venía funcionando con dificultades: ventanas rotas desde hace dos años, un horno con más de tres décadas de uso y sin una cooperadora que los respalde. “Los padres son muy carenciados, así que nosotros con la directora, con los chicos, hacemos rifas, vendemos empanadas, lo que sea para sostener el comedor. Pero ahora estamos devastados”, relataron.
El reclamo también apunta al municipio. “El intendente tendría que estar acá, mirando lo que pasó en su escuela, en su ciudad. Pero no aparece, no pregunta, no está. Esta escuela está olvidada”, denunció Lucía.
Cómo ayudar
Las cocineras hacen un llamado urgente a la comunidad: necesitan platos, vasos, cucharas, tenedores, ollas, y alimentos no perecederos para poder retomar la actividad del comedor tras las vacaciones de invierno. “Entre hoy y mañana nos vamos a arreglar como podamos, pero a la vuelta de las vacaciones de invierno ¿qué hacemos?”, se preguntan con angustia.