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Identifican al prefecto que disparó a Jonathan Navarro en la represión ordenada por Bullrich

Jonathan fue uno de los cientos que se movilizaron el 12 de marzo, junto a sus amigos hinchas de Chacarita, para acompañar a jubiladas y jubilados en defensa de sus derechos. Recibió un disparo en la cara que le hizo perder la visión de su ojo izquierdo. En la misma jornada represiva, Pablo Grillo, fotógrafo, fue apuntado en la cabeza por un proyectil disparado por un agente de Gendarmería, lo que puso en riesgo su vida. Aún hoy continúa en recuperación.

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La identificación del tirador fue posible gracias al análisis conjunto de material audiovisual captado por fotorreporteros, testigos y cámaras de monitoreo urbano. Las imágenes fueron procesadas y difundidas por el colectivo Mapa de la Policía, y forman parte de la causa judicial que investiga los hechos.

Jonathan se encontraba sobre la Avenida Rivadavia, cerca de Rodríguez Peña, cuando fue alcanzado por el disparo. En una de las grabaciones de la cámara “Domo Entre Ríos”, ubicada en el Congreso de la Nación, se distingue a un agente de Prefectura de pie detrás de la primera línea represiva, apuntando directamente a la cara de Jonathan. El prefecto fue identificado por varios elementos: el color naranja del rifle BYRNA TCR que portaba, una marca blanca en su casco, protecciones de antebrazo colgando de la cintura y un guante negro en una mano.

El rifle táctico disuasivo BYRNA TCR es un arma que lanza proyectiles neumáticos con gas pimienta a velocidades de hasta 300 km/h y está equipada con una mira para disparos de larga distancia. El manual de uso de este armamento prohíbe explícitamente apuntar a zonas sensibles como la cabeza o el rostro. Sin embargo, el registro audiovisual muestra claramente al agente violando esa norma y disparando a más de tres metros de distancia.

Aunque el nombre del prefecto aún no trascendió públicamente, la reconstrucción permitió individualizarlo con claridad.

Jonathan, que vive en San Martín, relató todo lo que atravesó en una entrevista con La Izquierda Diario unos meses atrás. Allí contaba que decidió sumarse a la movilización tras ver cómo su padre tenía que pagar $80.000 por un medicamento esencial, reflejo del brutal ajuste que atraviesa el sistema de salud y previsional. Y que mientras continúa su recuperación, también lucha por denunciar lo que le ocurrió y no baja los brazos:

“Yo les digo que no tengan miedo, pero que se cuiden. Lo que me pasó a mí, al fotógrafo Pablo Grillo y seguramente a otros más, no tiene que pasar. Lo que ellos quieren es que todos tengamos miedo para que no salgamos a reclamar. Pero es un derecho salir a protestar. Está mal, muy mal, lo que hacen de aterrorizar para que no salgamos.”

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El caso de Jonathan no fue un hecho aislado. Tres minutos antes, el cabo Héctor Guerrero, de Gendarmería Nacional, disparó a la cabeza de Pablo Grillo, también incumpliendo los protocolos de uso de armas. Y no es el único antecedente reciente: el 20 de febrero de 2024, Matías Aufieri, abogado del CeProDH , también perdió la visión de un ojo como Jonathan, tras ser alcanzado por un proyectil durante la represión a la marcha contra la Ley Bases.

La evidencia es clara: fuerzas distintas, víctimas distintas, pero la misma metodología represiva, apuntando a la cabeza de manera sistemática. Lejos de tratarse de excesos individuales, se trata de una política desde lo más alto del mando político.

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Ese día, el operativo de Prefectura estaba bajo el mando del Prefecto Mayor Héctor Cabrera, jefe del grupo Albatros, quien reportaba al comando unificado liderado por Patricia Bullrich. El propio jefe operativo confirmó que la ministra dio las órdenes. La represión fue planificada, ejecutada y avalada políticamente desde lo más alto del gobierno.

El caso de Jonathan Navarro, como el de Pablo Grillo, Matías Aufieri y otros tantos, expone con crudeza el uso sistemático de la violencia estatal contra quienes se movilizan. Mientras el gobierno de Milei y Bullrich avanza con su ajuste, los trabajadores, jubilados y jóvenes siguen saliendo a las calles para resistir la motosierra y defender sus derechos, a pesar del intento del Estado de imponer el miedo como método de control, cada vez son más los que salen a pelear por sus empleos, salarios, jubilaciones como vemos en el Garrahan, docentes, Secco y cientos más.


**Todas las imágenes son capturas del video difundido por la red Mapa de la Policía

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