Los intendentes y jefes comunales del Valle de Punilla denunciaron que fueron «abandonados» por el gobierno de la Nación, revelaron que no tienen llegada al presidente Javier Milei y que se recortaron los fondos en salud, educación y transporte. Mientras algunos se agruparon detrás del armado que impulsa Mario Decara y los ex intendentes, otros suscribieron al «pacto de gobernabilidad» que propuso el gobernador Martín Llaryora y apuestan por la construcción de una agenda regional.
El escenario se presenta complejo para el último tramo del año y se vio agravado por la crisis interna de la Unión Cívica Radical.
En medio de la danza de nombres y el armado de las listas para las elecciones legislativas, los mandatarios de la región mostraron distancia y pusieron el foco en las necesidades más urgentes de sus comunidades y una estrategia que permita hacer frente a las problemáticas que tienen en común.
Emiliano Paredes (UCR) es uno de los cien intendentes que mostró un acercamiento al gobernador Llaryora y también forma parte del cónclave de mandatarios radicales del departamento, donde confluyeron Eduardo Reyna (Bialet Massé), Javier Dieminger (La Falda), Germán Corazza (Huerta Grande), Silvia Rocchietti (Santa María de Punilla) y Jorge Soria Villa Giardino).
En diálogo con EL DIARIO, Paredes sintetizó la cruda realidad que se viven en Punilla y dijo: «Estamos viviendo una situación muy difícil que seguramente podría agravarse hacia el tramo final del año. Hoy no tenemos llegada a la Nación, se han cortado todos los canales de comunicación y ni siquiera tenemos cómo llegar a la puerta de la Casa Rosada. No hay fondos y se aplicó una política de ajuste que condicionó mucho a las provincia y por supuesto, a las comunidades regionales y locales».
«En lo personal, vengo observando esta situación desde hace un tiempo y entiendo que estamos ante un problema estructural que tiene el gobierno de Javier Milei: la falta de una mirada federalista. Muchos aplaudieron el ajuste y después se sorprendieron cuando el ajuste les llegó a su casa y faltaban fondos para el transporte, para la salud y la educación. Nos dejaron solos y sin recursos y nadie se hace cargo. Yo formo parte de un grupo de cien intendentes que suscribimos a un pacto de gobernabilidad con la Provincia, con el gobernador Martín Llaryora, que nos ha permitido dar respuesta a las demandas de nuestros vecinos»; añadió.
Sobre las críticas que recibió por su participación en el esquema de El Panal, Paredes se mostró contundente: «Quienes piensen que tenemos un problema de colores o una crisis de identidad, sepan que el problema que tenemos es ideológico. O sea gobierna con la gente adentro o se gobierna para el establishment financiero. El radicalismo no da señales de vida y lo dice un intendente que ganó las elecciones con la Lista 3, pero es una realidad. Mientras los intendentes salimos a gestionar recursos, vemos que el partido hace un mamarracho detrás de otro. La UCR está vacía y parece ir camino a su extinción, porque primero nos metimos en la Alianza, después vino el PRO y ahora estamos coqueteando con La Libertad Avanza».
Asimismo, puso en valor el encuentro realizado el viernes pasado en Bialet Massé y donde se dieron cita los intendentes radicales de Punilla. En ese sentido, ponderó que se alcanzara un punto de acuerdo para avanzar (de forma conjunta) en cuestiones vinculadas a la situación hídrica, el ambiente, el transporte público, la salud y el estado crítico que presenta la Ruta Nacional 38. «Es un espacio de consenso, donde buscamos puntos de acuerdo y tratamos de hallar soluciones»; completó.