España encadena 20 partidos sin perder, 25 si se incluyen los amistosos. Una dinámica ganadora que transforma en triunfos partidos que domina abrumadoramente, en los que atrinchera a los rivales en su área al tiempo que aleja a los delanteros de los dominios de Unai Simón y desconecta con una presión feroz tras pérdida. Es la radiografía de muchos de esos encuentros, entre ellos este que se ha jugado esta noche en Sofía.
Luis de la Fuente iniciaba el camino al Mundial fiel a su libreto. El de Haro es leal a quienes le han hecho campeón de la Eurocopa. Futbolistas como Zubimendi, decisivo en la final ante Inglaterra tras la lesión de Rodri. Y jugadores como «los abogados», como llaman en el vestuario a los Mikel, Merino y Oyarzabal. Autores de los goles decisivos ante Alemania, en cuartos, e Inglaterra, en la final. Dos ganadores compulsivos que siempre disparan la competitividad de los partidillos porque no les gusta perder nunca. Y cuando hay dudas siempre se hace lo que digan ellos, de ahí lo de «los abogados».
Soldados de De la Fuente
España debutó ante Bulgaria, rival que, de inicio, propuso salir tocando, lo que agradeció la selección apretando muy arriba. Desde muy temprano embotelló a los locales en su área y a los cinco minutos una jugada de Lamine terminó con un pase filtrado de Zubimendi, que entraba por Rodri, para Oyarzabal, titular en la posición de Morata, que el realista convertía en su gol número 11 en la era De la Fuente, confirmando una vez más el acierto de su elección. Pudo Mikel hacer el doblete pasado los diez minutos, pero Vutsov estuvo acertado. Otra jugada de Lamine, que inclinó el campo hacia su banda, acabó con un disparo de Pedri alto. Amontonaban oportunidades los españoles, mientras el seleccionador pedía tensión para no contagiarse del tedio y la frustración local.
Y a los 19 minutos Bulgaria avisó con una contra que Kirilov mandó al palo de Unai Simón, justificando con ello las advertencias de De la Fuente a su gente de atrás. Respondió Lamine plantándose ante un solvente Vutsov que veía cómo España llenaba el vaso gota a gota. Y rebosó a la media hora, cuando una pelota suelta en el área cayó a los pies de Cucurella, que clavó su latigazo en la red estrenándose como goleador con la selección. Merino no quiso ser menos que Oyarzabal ya los 37 minutos anotó el tercero, cerrando el triunfo que comenzaba a tomar tintes de goleada, llegando desde atrás en un córner de Lamine que cabeceó a la red. La paciencia española obtenía rédito.
La segunda mitad arrancaba con Cubarsí en lugar del amonestado Le Normand y Lamine confirmando que tenía un día más voluntarioso que acertado. El extremo azulgrana se plantó dos veces ante el portero rival sin resolver con acierto. No es dudoso el de Rocafonda, que no se desanimó con las ocasiones perdidas, pero fue acumulando una frustración que le hizo precipitarse. El enésimo robo en la salida de Bulgaria terminó con una asistencia de Nico a Merino, que sacó astillas del larguero. Lo más interesante era conocer el tamaño de la goleada porque Bulgaria estaba rendida en su área ante una España que seguía llegando al área con fluidez y generando oportunidades. A la hora de partido De la Fuente escenificó un cambio de jerarquías con la entrada de Carvajal y Rodrigo Hernández al campo, por Porro y Zubimendi. Los mariscales de campo regresaban al césped, la mejor de las noticias en un encuentro que iba perdiendo efervescencia.
España no quiso hacer sangre en el tramo final de partido y Bulgaria firmaba el (0-3) después de ver cómo se anunciaba goleada al cierre de la primera parte. De la Fuente tuvo el detalle de hacer debutar al exbético Jesús Rodríguez, que entró por un Lamine que no se marchó contento. No pierde el hambre el azulgrana, que tendrá otra oportunidad en Turquía de seguir luciendo galones, pese a sus 18 años. La movilidad de Oyarzabal generó espacios a los que llegaron Dani Olmo y Jesús, pero ya no se movió el marcador de un plácido estreno para España en el inicio del camino hacia el Mundial de 2026. Un dulce trámite protagonizado por Mikel & Mikel.
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