Una pequeña iglesia perdida en el interior de la Provincia de Córdoba fue elegida como la mejor obra religiosa del mundo. Se trata de la Capilla San Bernardo, diseñada por el arquitecto Nicolás Campodónico, que se ubica en las afueras de La Playosa y cuenta con un diseño único, integrado al paisaje y utiliza ladrillos reutilizados.
La construcción se encuentra a 170 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en un predio de 10.000 metros cuadrados.
La obra demandó cinco años de trabajo y en 2017, se quedó con el premio otorgado por el sitio de arquitectura ArchDaily.
Su concepción se basa en una profunda reflexión sobre la arquitectura religiosa, simplificando las formas geométricas y adaptándose a las condiciones del entorno, sin contar con servicios básicos como agua corriente o energía eléctrica.
La Capilla San Bernardo es imponente y despierta curiosidad en medio de la llanura cordobesa, sorprendiendo por su estética contemporánea y minimalista. La estructura tiene 92 metros cuadrados, se compone de dos paredes curvas que se entrelazan para formar un prisma sólido y adentro cuenta con un patio de luz y silencio.
Y si bien no tiene luz eléctrica, los últimos rayos del sol ingresan por una abertura cenital y proyectan la sombra perfecta de una cruz en la pared interna. Es importante destacar, que la iglesia no tiene una cruz, sino que ésta se forma por la unión de dos maderos ubicados en el exterior, uno en posición horizontal y otro en vertical.
A diferencia de otros templos, la Capilla San Bernardo no tiene bancos, ni altares y sólo puede observarse la estatua del santo que le presta su nombre y que es iluminada con luz natural. Su interior es un espacio de silencio e intimidad, donde la espiritualidad emerge de la sencillez y la interacción con la luz.
Desde su inauguración, ha recibido numerosos premios y distinciones, incluyendo ser elegida como la mejor construcción religiosa del mundo en 2017 por el prestigioso sitio ArchDaily y obtener el Tercer Premio en los Premios Oscar Niemeyer a la Arquitectura Latinoamericana en 2016. Estas menciones la han posicionado como un referente de la arquitectura contemporánea, demostrando que la belleza y la trascendencia no residen en la opulencia, sino en la autenticidad y el respeto por el entorno.
La capilla es una obra de arte que fusiona la arquitectura, la luz y la fe, invitando a una experiencia íntima y reflexiva. Su presencia en la llanura cordobesa es un recordatorio de que la espiritualidad puede encontrarse en los lugares más inesperados y que, a través de la creatividad y la simplicidad, la arquitectura puede convertirse en una forma de oración.