«Se enfrentaron dos grandes equipos. Nos tocó ganar en su estadio y esta vez les tocó a ellos…». No quedó conforme, Eduardo Domínguez. Porque no funcionó lo que planteó para que Estudiantes le hiciera frente a River. Porque además la derrota le llegó en un momento incómodo, justo en la previa de la serie frente a Flamengo por los mismos cuartos de final que su adversario tendrá que afrontar frente a Palmeiras.
«Me parece que hay que sacarse el temor inicial de creerse de que podemos estar a la altura. Entramos dubitativos y respetando demasiado al rival. Lo podemos cambiar, nos tenemos que convencer de que somos un gran equipo», razonó Domínguez, quien utilizó el choque ante River como patrón de muestra pensando en Fla: «Este partido nos tiene que servir porque es parecido al equipo que enfrentaremos el jueves: enfrentaremos a un rival que no sé cuánta plata gastó y hoy nos medimos ante un adversario que tampoco sé cuánto invirtió».
Ahora bien: el deté también fue autocrítico. «Lo que planteamos nos costó. River muestra generalmente su jerarquía. Y así y todo, cuando nos costó en el partido, el gran diferencial estuvo en el área: River tuvo sólo dos situaciones nada más. Una de un córner y el segundo gol. En el segundo tiempo nos pateó a los 49 minutos. Nosotros tuvimos varias chances para empujar la pelota debajo del arco, no fuimos certeros».
Domínguez, frente a River (Emmanuel Fernández).
Una caída que al equipo le pegó de lleno en las aspiraciones de competir bien arriba en la zona. «El resultado no podemos cambiarlo. Perdimos y dejamos pasar una chance importante en nuestro estadio para seguir sumando», lamentó Domínguez, quien recalcó que Estudiantes tiene que «seguir ajustando» para poder afrontar lo que viene a nivel internacional sin caer en el bajón.
Dentro de esa mezcla de bronca y de frustración por el golpazo ante River, el entrenador de EdeLP insistió en que le preocupa «perder terreno en la pelea por clasificar a las Copas de 2026», y que los puntos que dejó pasar hacen que el equipo deba «correr de atrás» en esa lucha. Aunque recalcó que para evitar la desesperación «no hay que volvere loco». E hizo un análisis sobre el contexto de exigencia que Estudiantes debe autogenerarse para elevar su propia vara. Con ejemplos claros.
«Hay dos equipos que por la exigencia mediática, nacional, por la repercusión que tienen: son River y Boca. Te dicen ‘esto es River’, o ‘nosotros somos Boca’ y tienen ese debate. Tienen la grandeza, la estructura y todo un país atrás. Van a cualquier lado y se llenan los estadios. Nosotros fuimos a jugar contra Central Córdoba y había tres mil personas», inició su mirada al momento de evaluar lo complejo que es ponerse al nivel de los gigantes nacionales.
«Es difícil cuando te querés poner en esos escalones y competir a la par de ellos. Porque lo estamos. Esa exigencia, que el jugador tenga esa misma exigencia. La queremos plantear y la entendemos, pero es difícil. Buscamos generar contextos. A veces salen, otros no», completó su mirada, sosteniendo que «dirigencialmente se entiende» esa misma posición pero que «no te ponés en el mismo escalón de un año para el otro». Dentro de esa línea, le agradeció a la gente porque «apoya y exige, que es lo que necesita el equipo para estar en un lugar que pocos pueden estar y en los que pocos pueden sostenerse».