El mercado habla con números. El dólar pegó un salto la semana pasada, el riesgo país se duplicó en pocos días y los bonos de la deuda soberana se desplomaron. Las acciones argentinas en Buenos Aires y en Nueva York no se salvaron de la caída generalizada.
“¿Dólares? Dólares sobran”, dice un Gobierno que asegura tener US$22.000 millones para intervenir en el precio del dólar y para pagar la deuda ¿Sobran?
“Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo.
Sin embargo, la corrida del último viernes, donde obligó al Banco Central a vender US$678 millones, para mantener al dólar dentro de la banda, provocó una fuerte preocupación en el Gobierno, en el mercado y en buena parte de los argentinos.
¿Qué pedía el mercado? Confianza.
¿Por qué el Gobierno tuvo que salir a quemar reservas? Porque la desconfianza del mercado parecía tener la fuerza necesaria para llevarse todos los dólares que se ponían sobre la mesa. Así actúa el mercado, con intereses, obvio, pero también de forma profesional. Es decir, si las cosas están bien, el mercado no tiene motivos para alterarse. En el fondo, el mercado quiere maximizar sus ganancias y minimizar sus pérdidas.
Y la confianza que reclamaba el mercado llegó. El presidente Javier Milei tenía un as en la manga: el respaldo del Gobierno de los Estados Unidos.
El viernes pasado luego de un acto político en Córdoba, cuando ya habían cerrado los mercados, Milei dio a entender que el Tesoro de Estados Unidos iba a otorgarle un crédito a la Argentina. Milei no dio detalles, pero el mercado se percató.
Luego de un fin de semana de nerviosismo llegó un lunes tranquilizador. La confirmación del apoyo del gobierno de Donald Trump.
Bessent Scott, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, publicó en su cuenta de X que “Argentina es un aliado sistemáticamente importante de Estados Unidos y el Tesoro está dispuesto a hacer lo que sea necesario dentro de su mandato para apoyar a la Argentina”.
El funcionario, que es un hombre fuerte del gobierno de Donald Trump, agregó: “Estas opciones pueden incluir, entre otras, líneas de swap, compras directas de divisas y compras de deuda pública denominada en dólares estadounidenses del Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro. Las oportunidades para la inversión privada siguen siendo amplias, y Argentina será grande otra vez”. Y por último Bassent agregó que confiaba en el programa de Milei de seguir manteniendo la disciplina fiscal y las reformas pro crecimiento.
Había más. Minutos más tarde, la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, también en su cuenta de X escribió: “Acogemos con satisfacción la declaración de apoyo de Scott Bessent a la Argentina. Esto subraya el papel crucial de los socios en la promoción de políticas sólidas de estabilización y crecimiento en beneficio del pueblo argentino”.
Con los dos apoyos confirmados el merado entendió que la Argentina se aseguraba, aunque no tenía ningún detalle, los pagos de la deuda. El principal vencimiento llega en enero próximo y abarca unos US$4.200 millones.
Para tener un país un apoyo similar de Estados Unidos hay que remontarse a enero de 1.995. En esa fecha el Gobierno del entonces presidente Bill Clinton salió al rescate de México y lo salvó de un default seguro. El paquete de rescate incluyó resolver por completo la crisis de liquidez que tenía el país azteca.
En Argentina, luego del respaldo de Estados Unidos, la euforia se trasladó a las acciones y los bonos. Las acciones tanto en el mercado local como la de las empresas argentinas que cotizan en Nueva York, subieron hasta 20%. Los bonos alcanzaron picos más importantes y terminaron hasta 24% arriba. Como contrapartida bajaron con fuerza el Riesgo País (de 1.500 a cerca de 1.000 puntos básicos) y el dólar registró una caída cercana a los 80 pesos.
Por si esto fuese poco, el Gobierno eliminó las retenciones al campo hasta el 31 de octubre y hasta un tope de US$7.000 millones. De esta forma se garantiza un buen colchón de dólares hasta las elecciones. Además, la semana pasada perdió reservas por más de US$1.100 millones, casi lo mismo que dejará de recaudar por la baja de retenciones. En definitiva, si no frenaba la sangría iba a perder mucho más.
¿Alcanza? Para el corto plazo seguro. El apoyo de Estados Unidos es una gran compra de tiempo que le puede servir a Milei para volver a sumar un apoyo político que parecía perdido ¿La volatilidad, puede seguir? Para los analistas sí. Sin embargo, están convencidos de que Milei llegará a las elecciones de octubre con un respaldo que sorprendió hasta al propio mercado.