Este domingo 9 de noviembre, la Iglesia celebra en toda España el Día de la Iglesia Diocesana 2025, bajo el lema ‘Tú también puedes ser santo’. Esta jornada se presenta como una ocasión especial para agradecer, celebrar y fortalecer el sentido de pertenencia a nuestra comunidad eclesial, recordando que todos somos parte viva de la Iglesia.
“El Día de la Iglesia diocesana nos ofrece la ocasión de agradecer el trabajo silencioso de tantos bautizados, expresión de la santidad de la Iglesia: los sacerdotes que entregan su vida predicando el Evangelio, santificando a los fieles a través de los sacramentos, siendo puente de comunión, marchando al frente del Pueblo de Dios; los consagrados que sostienen con la oración y el compromiso la esperanza del nuevo cielo y la nueva tierra; los laicos que encarnan el Evangelio en los distintos ámbitos de la familia, la escuela, el taller, la oficina… Ellos son los “santos de la puerta de al lado” de los que habla el Papa Francisco”, explica el obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández, en su carta emitida con motivo de la celebración de esta jornada a la que califica como “un momento propicio para renovar nuestro compromiso con la Diócesis”.
A través del Día de la Iglesia Diocesana, se permite a la Iglesia continuar con su labor caritativa y asistencial. En Córdoba, 170 centros trabajan cada día para mitigar la pobreza. En ellos se han atendido a 27.291 personas. Asimismo, la Diócesis cuenta con 29 casa para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad, donde han sido atendidas 2.150 personas y otras 2.566 personas fueron asistidos en los tres centros de atención a emigrantes y refugiados. Son cifras que alientan a la colaboración con la Iglesia de manera sencilla y segura, bien en la parroquia o bien desde el portal www.donoamiiglesia.es, desde donde se puede mirar con gratitud todo lo que la Iglesia realiza y apoyar su misión.
El Día de la Iglesia Diocesana es, ante todo, una jornada de fiesta y comunión. Un día para reconocer con alegría la pertenencia a la comunidad cristiana, para dar gracias por todo el bien que la Iglesia hace en Córdoba y en el mundo, así como para renovar nuestro compromiso personal con la santidad en la vida cotidiana. “No debemos ignorar tampoco que esta celebración tiene lugar en el contexto del Año Jubilar de la Esperanza, ocasión propicia para intensificar nuestro espíritu de conversión. Aprovechemos este año de gracia para abrirnos a la misericordia divina, para pedir perdón al Señor caminar por sus caminos siguiendo la estela de los santos”, destaca el obispo.
